Have you ever felt like there's a tangle of strings inside you, all knotted up with different feelings? Imagine if you could find a way to gently untie those knots, one by one, using nothing but colours and shapes. That's what I do with my art. It's like a special kind of magic that can soothe the heart and clear the mind.
When I first dipped my brush into a sea of acrylics, I discovered a secret: each stroke was a whisper from my heart, telling its story. I learned this when I first move to London, more than thirteen years ago. There, in a class full of colours and friendly faces, I found out that art could unlock the doors to hidden rooms inside of us—rooms filled with memories of our families and friends.
I want to tell you about colours because they're not just pretty to look at. Colours are like a silent language that our hearts understand. They can sing songs of joy or whisper sad tales of rainy days. Think of a painter from long ago, named Goya. His paintings are like stormy nights that make you want to wrap up in a warm blanket. But in my paintings, I like to splash around sunshine and sprinkle drops of laughter. I want to show you places where hope grows like sunflowers and dreams are as big as the sky.
Everyone can paint, just like everyone can dream. Did you know that all kids are artists? They create masterpieces without worrying about the rules. They don't care if it's perfect; they just care about the fun of splashing paint and making their mark. That's how we should all paint—like kids on a summer day, with the whole sidewalk as our canvas, drawing our adventures with chalk.
Sometimes, a painting can reach out and give you a hug. It's true! When you see a piece of art and it makes you feel something special, that's like the painting whispering a secret to you. And that secret can help untie some of those knotty feelings inside.
Here's a little secret from me: I don't wait for someone to tell me what to paint. When I feel the urge, I grab my brush like a knight takes his sword. And then I battle the dragons of doubt and worry until all that's left is the treasure—my painting.
In my studio, time becomes a playful kitten, running off and hiding when I get lost in my art. I can't chase it; I have to wait until it comes purring back. That's when the best ideas pounce on me!
And oh, the things I paint! Vases that hold whispers of peace, sneakers that have danced through puddles of joy, and coffee pots that have brewed storms into teacups of calm. These are the things that fill my paintings and my heart.
Art is a bit like a treasure map. It helps us find the gold buried inside us—the feelings and dreams we didn't even know were there. And once we find that treasure, we can share it with the world, like showing off a shiny new coin.
If you're thinking about trying this magic for yourself, you might want to start with some friends. An art therapy class can be a ship full of explorers, all sailing together into the great sea of art. And when you show your painting to the crew, they might see islands and stars in it that you never noticed.
So, my young friends, grab your brushes and colours. Let's paint a path of stars that leads to the treasure inside you. And remember, each painting is a step on the journey of making your heart smile.
2. Los Colores de la Sanación: Un Viaje hacia la Meditación Artística
¿Alguna vez has sentido como si hubiera un enredo de cuerdas dentro de ti, todas anudadas con diferentes sentimientos? Imagina si pudieras encontrar una manera de desatar esos nudos, uno por uno, usando nada más que colores y formas. Eso es lo que hago con mi arte. Es como un tipo especial de magia que puede calmar el corazón y despejar la mente.
Cuando por primera vez sumergí mi pincel en un mar de acrílicos, descubrí un secreto: cada pincelada era un susurro de mi corazón, contando su historia. Aprendí esto cuando me mude a vivir Londres hace mas de trece años. Allí, en una clase llena de colores y caras amigas, descubrí que el arte podía abrir las puertas a habitaciones ocultas dentro de nosotros: habitaciones llenas de recuerdos de nuestras familias y amigos.
Quiero hablarte de los colores porque no son solo bonitos para mirar. Los colores son como un lenguaje silencioso que nuestros corazones entienden. Pueden cantar canciones de alegría o susurrar tristes historias de días lluviosos. Piensa en un pintor de hace tiempo, llamado Goya. Sus pinturas son como noches tormentosas que te hacen querer envolverte en una manta cálida. Pero en mis pinturas, me gusta salpicar de sol y esparcir gotas de risa. Quiero mostrarte lugares donde la esperanza crece como girasoles y los sueños son tan grandes como el cielo.
Todos pueden pintar, al igual que todos pueden soñar. ¿Sabías que todos los niños son artistas? Crean obras maestras sin preocuparse por las reglas. No les importa si es perfecto; solo les importa la diversión de salpicar pintura y dejar su marca. Así es como todos deberíamos pintar, como niños en un día de verano, con toda la acera como nuestro lienzo, dibujando nuestras aventuras con tiza.
A veces, una pintura puede alcanzarte y darte un abrazo. ¡Es verdad! Cuando ves una obra de arte y te hace sentir algo especial, es como si la pintura te susurrara un secreto. Y ese secreto puede ayudar a desatar algunos de esos sentimientos anudados dentro.
Aquí tienes un pequeño secreto mío: no espero a que alguien me diga qué pintar. Cuando siento el impulso, tomo mi pincel como un caballero toma su espada. Y luego combato a los dragones de la duda y la preocupación hasta que todo lo que queda es el tesoro: mi pintura.
En mi estudio, el tiempo se convierte en un gatito juguetón, que corre y se esconde cuando me pierdo en mi arte. No puedo perseguirlo; tengo que esperar a que vuelva ronroneando. ¡Es entonces cuando las mejores ideas saltan sobre mí!
¡Y oh, las cosas que pinto! Jarrones que guardan susurros de paz, zapatillas que han bailado a través de charcos de alegría, y cafeteras que han convertido tormentas en tazas de calma. Estas son las cosas que llenan mis pinturas y mi corazón.
El arte es un poco como un mapa del tesoro. Nos ayuda a encontrar el oro enterrado dentro de nosotros: los sentimientos y sueños que ni siquiera sabíamos que estaban allí. Y una vez que encontramos ese tesoro, podemos compartirlo con el mundo, como mostrando una moneda nueva y brillante.
Si estás pensando en probar esta magia por ti mismo, tal vez quieras empezar con algunos amigos. Una clase de terapia artística puede ser un barco lleno de exploradores, todos navegando juntos en el gran mar del arte. Y cuando muestres tu pintura a la tripulación, podrían ver islas y estrellas en ella que tú nunca notaste.
Así que, mis jóvenes amigos, tomen sus pinceles y colores. Pintemos un camino de estrellas que lleve al tesoro dentro de ustedes. Y recuerden, cada pintura es un paso en el viaje para hacer sonreír a su corazón.
I have several pieces from you and love them all. "The Storm Will Pass" is one of my favorites and have it in my office and gets a lot of compliments. I can not wait to add more of your work to my home. I am happy to have met you at the Other Art Fair!